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23 feb 2011

Boedo, carnaval toda la vida.



Parte 1: La Vuelta y los carnavales

Hay varias  canciones de la Gloriosa hinchada de San Lorenzo que hacen mención entre sus letras al carnaval:“para el barrio de Boedo todo el año es carnaval”,“Boedo todo el año es carnaval”, “ tanto sentimiento, tanto carnaval nos hizo Gloriosa por la eternidad”.

Claramente San Lorenzo, Boedo y los carnavales son por excelencia sinónimos de alegría, fiesta y colorido. Por eso, decir que la propuesta es repasar la historia de San Lorenzo en los carnavales del Gasómetro de Boedo, es casi contar la historia de los carnavales porteños.

Los mejores historiadores dicen que para entender la historia hay que situarse en el contexto del momento. Entonces, en esta primera entrega hacemos un repaso de lo que pasó con los carnavales en los últimos días del Gasómetro.

Hasta el año 1976, los argentinos festejaban el Carnaval con un fin de semana largo. Al sábado y domingo se sumaban los feriados del lunes y martes de Carnaval. Eran cuatro días de festejo en las calles, con los corsos de los barrios, en los que desfilaban las murgas y comparsas de la ciudad y el conurbano. Pero la dictadura no sólo quería imponer un plan económico; también se proponía, en palabras del director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, “forzar una europeización compulsiva de Buenos Aires”. El Carnaval debía desaparecer.

El decreto 21329/76 fue sancionado el 9 de junio de 1976, entró en vigencia el 14 de ese mes, al publicarse en el Boletín Oficial con la firma de Videla y de los ministros Julio Bardi (Bienestar Social) y Albano Harguindeguy (Interior). Se fijaban once feriados que a partir de ese momento pasaban a estar vigentes en todo el país. Con esa decisión, la dictadura eliminaba del almanaque los feriados del lunes y martes previos al Miércoles de Ceniza.

Corsos hubo hasta 1981, pero a las murgas se les complicaba mucho la realización de su espectáculo. Sin los feriados había menos días para actuar y el control sobre las letras impedía la expresión: era imposible la crítica política, más allá de alguna crítica velada al ministro de economía; la crítica picaresca se componía en doble o “triple” sentido y sin malas palabras u obscenidades. Muchas murgas dejaron de presentarse y en los últimos tres años de la dictadura ('81, '82, '83) no se presentó ninguna en la ciudad.

El ansiado retorno de la democracia, sin embargo, no trajo consigo una rápida recuperación del espíritu festivo. Hubo que esperar algunos años hasta que a fines de los '80 la gente por fin volviera a ver en la práctica del carnaval un hecho social y cultural superador del miedo, sin que ello implicara la negación del dolor ni de la memoria.

Durante los ´90, la murga porteña encontró en el proceso de aprendizaje nuevas vías de expansión y comunicación. Esta situación dio como resultado un resurgir cuantitativamente significativo y la renovación de este arte popular.

Sin embargo, después de 27 años en democracia y tras 14 marchas carnavaleras, las murgas lograron recuperar los feriados de carnaval. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner escuchó el histórico reclamo, y mediante un decreto, desde este 2011 el calendario cuenta con los días feriados por carnaval.

Hasta aquí la reseña, y todos los hinchas de San Lorenzo se habrán dado cuenta que los párrafos anteriores tienen mucho que ver con la lucha por la Vuelta total a Boedo.

Los carnavales más taquilleros de la ciudad porteña se dieron en el Gasómetro(daremos  pruebas). El Gasómetro se cerró con la dictadura, y las críticas de las murgas se dejaron de escuchar en la misma trágica época. Aún en época de democracia las murgas pasaron por varios años sin que sus reclamos lograran eco. El Proyecto de Ley de Restitución Histórica CASLA ingresó a la Legislatura porteña el mismo año que los carnavales recuperaron sus días feriados. Son innegables los puntos de contacto.

San Lorenzo, los carnavales y el barrio de Boedo, tienen mucho más en común que pasión por los colores azul y grana. En las próximas entradas reviviremos las grandes figuras y los grandes récords de público que San Lorenzo supo tener en las fiestas de carnaval que se vivieron en el Gasómetro.


Martin Dianda

Fuentes:tiempo.elargentino.com, Libro: "El Glorioso San Lorenzo" de Adolfo Res

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